domingo, 31 de octubre de 2010
CHICAS ROCKERAS Y METÁLICAS
martes, 26 de octubre de 2010
El nacimiento de Flema, por Sebastián, el baterista fundador de la banda
-Su muerte se produjo cuando Ricardo Espinosa y Luichi llegaron de grabar las voces para el último álbum \"5 de copas\". Volvían en el remis privado de Ricky, tomando alcohol fino con jugo Tang, festejando la finalización de la grabación. Llegaron a la casa de Luichi, situada en un quinto piso de un monoblock de Avellaneda. Cuando entraron siguieron bebiendo, se pusieron a jugar al Winning Eleven para Playstation. El televisor estaba situado al lado de una ventana y repentinamente Ricardo gritó \"Me tiro, me tiro\", Y se lanzó sin razón aparente al vacio. Otra versión de los hechos es que se había realizado una apuesta en broma de que se tiraba quien perdía el juego, aunque al parecer Espinoza tomó la apuesta en serio. Cuando llegaron las ambulancias era tarde. Luego de su muerte, el resto de los integrantes de Flema y otras bandas punk locales, como Villanos y El otro yo organizaron un recital en su honor. No pudieron hacer un velatorio decente porque los dueños de la casa funebre vieron que la multitud de punks que se juntaba y decidieron suspenderlo. Tuvieron que velarlo en el patio de la casa del hermano. Hoy yacen sus restos en el pabellon verde llamado Juan XIII, en el Cementerio del barrio de Avellaneda, y todos los 30 de Mayo, una multitud se junta a rendirle homenaje.
martes, 19 de octubre de 2010
"SYD BARRET, EL DIAMANTE LOCO DE FLOYD"
Tenía 60 años cuando murió Syd Barrett, el legendario fundador de Pink Floyd Brilló brevemente en los años ’60, hasta que su frágil salud mental lo obligó a abandonar la banda que contribuyó a crear. Desde entonces, se convirtió en un recluso. Apenas salió para grabar sus discos solistas y para una extraña –y mítica– visita a sus ex compañeros de Pink Floyd, que grababan “Brilla tú, diamante loco” en su honor. En los últimos años, lo único que se sabía de él era que se dedicaba a pintar y desconocía su pasado como músico.
Lo único que se sabía de él en sus últimos tiempos era que se dedicaba a pintar y, tras la muerte de su madre, a destruir sus obras terminadas. De vez en cuando aparecía alguna foto que lo mostraba convertido en un señor calvo, de mirada huidiza, que iba un par de veces al día a comprar cigarrillos y el Daily Mail. A veces accedía a ver algún documental sobre él mismo o firmaba ejemplares escogidos de un libro con imágenes suyas de los ’70. Todavía mostraba signos de la paranoia que lo forzó a dejar Pink Floyd, pero era amable con quienes charlaban con él sobre temas cotidianos. Se dice que solía pasar varias horas de cada día sentado, mirando la puerta trasera de su casa.
Nada contrasta tanto con esa imagen como la del artista visionario que en 1965 había formado una banda junto al bajista Roger Waters, el baterista Nick Mason y el tecladista Rick Wrigth y la había bautizado juntando los nombres de dos de sus artistas de blues favoritos: Pink Anderson y Floyd Council. En poco tiempo, Pink Floyd se convirtió en una banda importante para el Swinging London y se presentaba seguido en el UFO Club, sitio clave para el rock psicodélico. El productor Joe Boyd (que luego trabajaría con Nick Drake e Incredible String Band) grabó “Arnold Layne”, el primer single del cuarteto, que hablaba de un hombre que robaba ropas de mujer para travestirse. La canción llamó la atención del sello EMI, que firmó contrato con el grupo.
See Emily play”, de 1967, fue el primer hit de la banda, que ese mismo año editó su primer álbum, The piper at the gates of dawn. De las once canciones del disco, una llevaba la firma de Waters y dos las de todo el grupo: el resto era Barrett puro. Y no sólo era el compositor principal, sino también el guitarrista que experimentaba con pedales novedosos y que usaba un encendedor metálico sobre el diapasón para extraerle sonidos distintivos a su
Fender Esquire. Su sentido del tempo también era bastante particular, hecho que se exacerbó cuando su mente comenzó a fallar. The piper... se grabó en los estudios Abbey Road, al mismo tiempo que los Beatles le daban forma a The Sgt. Pepper’s lonely hearts club band. La mágica combinación de elementos psicodélicos hizo del debut de Pink Floyd una pieza única e irrepetible incluso para la propia banda, que tomó otros rumbos (más exitosos, por cierto) tras la partida de Barrett.El disco llegó al top 10 y la banda a ganar cada vez más fans, pero el comportamiento de su líder era cada vez más inestable: el LSD no hacía sino complicar sus problemas mentales. En los conciertos, Syd ya era una molestia: a veces directamente no tocaba una nota y otras daba signos de enajenación. Waters recuerda que, durante la primera gira norteamericana de Pink Floyd, en el camarín del Cheetah Club de Santa Monica, Syd pidió un frasco de gomina y se lo volcó en la cabeza. Mientras el fijador se derretía y él se veía como si su piel estuviera en estado de descomposición, salió al escenario. En los programas de televisión no hacía la mímica requerida en las canciones y no contestaba cuando le hacían alguna pregunta.
De vuelta en Inglaterra, la banda incorporó un segundo guitarrista, David Gilmour, porque nunca se sabía si Barrett iba a presentarse o no. Le insistían para que fuera a tratarse, pero él no prestaba atención. Pasaba la mayor parte del tiempo mirando a la nada. Y un día de enero de 1968, camino a un show en Southampton, los miembros de Pink Floyd decidieron no pasar a buscar a Barrett. Se suponía que seguiría ligado a la banda como compositor, pero en el segundo álbum del grupo, A saucerful of secrets, sólo había una canción firmada por él: “Jugband blues”.
Pink Floyd emitió un comunicado sobre la muerte de Barrett: “La banda está, naturalmente, muy enojada y muy triste por haberse enterado de la muerte de Syd Barrett. El fue la luz que guió a la banda en sus comienzos y deja un legado que continúa inspirando”. El guitarrista de Pink Floyd, David Gilmour, había dicho sobre el artista al que reemplazó: “Encuentren algo de tiempo para escuchar las canciones de Syd y para recordarlo como el genio disparatado que nos hizo sonreír a todos con sus canciones maravillosamente excéntricas sobre bicicletas, gnomos y espantapájaros. Su carrera fue dolorosamente corta y, sin embargo, llegó a más personas que las que pudo imaginar”.
David Bowie también tuvo palabras para despedir a Syd: “Era un verdadero diamante. No puedo expresar lo triste que me siento. Syd fue una gran inspiración para mí. Las veces que lo vi actuar durante los ’60 quedarán grabadas para siempre en mi mente”. Graham Coxon, ex guitarrista de Blur, reconoció muchas veces la influencia que ejerció Barrett en su música. Ayer subrayó algo que podrían ratificar miles de fans: “Durante veinte años, Syd me transportó a lugares mejores”.
Brilla tú, diamante loco
Roger Waters & David Gilmour (dedicado a Syd Barret) Pink Floyd - 1975 )
"Recuerdo cuando eras jove, brillabas como el sol...Brilla tú, diamante loco...Ahora hay una mirada en tus ojos, como agujeros negros en el cielo...Brilla tú, diamante loco...Quedaste atrapado en el fuego cruzado de la niñez y el estrellato, te voló la brisa de acero...Brilla tú, diamante loco...Vamos, blanco de risas distantes...Vamos, extraño, leyenda, mártir, y brilla....Alcanzaste el secreto demasiado pronto, le lloraste a la luna...Brilla tú, diamante loco...Amenazado por sombras en la noche, y expuesto en la luz....Gastaste tu bienvenida con precisión aleatoria, cabalgaste en la brisa de acero...Vamos, juerguista, visionario...Vamos, pintor, flautista, prisionero, y brilla..."
viernes, 15 de octubre de 2010
El nuevo proyecto de la Dama Argentina del Rock
Erica García, 2010
Después de siete años de ausencia en los escenarios porteños, Érica García volvió a tocar en la Argentina. “Realmente lo presenté hoy porque tenía muchas ganas de tocar y para que sepan que estoy tocando otra cosa, porque sino imaginate hasta que salga el disco, lo grabemos. Vamos a entrar a grabar la semana que viene, que sale un disco es todo un proceso, que quizás tarda seis meses. Y yo no puedo esperar seis meses para mostrar lo que estoy haciendo por eso me presenté hoy acá”, dijo en una entrevista exclusiva.
El disco aún no tiene nombre ni fecha de salida al mercado. Igualmente ya están todas las canciones compuestas. Algunas de ellas fueron adelantadas en este pequeño show realizado por Érica/Eleven. La banda que completan Gerard Farez en teclados y Federico Estevez en batería, tocaron “Tan normal”, “No tengo miedo al amor” “Ya viven” y “Estado real”.
Érica mantiene, sin dudas, esa potencia en su voz, la que la hizo ser una de las figuras destacada del rock femenino, pero con una idea musical diferente de lo que fue “Amorama”, el último disco editado en nuestro país.
Una vez terminada la presentación Érica conversó con nosotros. Toda la fuerza y la energía que mostró sobre el escenario se ven opuestas a la tranquilidad y la paz que brinda cuando habla:
Vos estás preguntando cosas que todavía no sabemos. Lo que acabamos de ver y escuchar es “Érica García/Eleven” que es mi nueva banda, mi nuevo proyecto. Tu pregunta, para contestarla, te puedo decir un “no se cuando sale el disco”. Pero vamos a tratar de que sea muy pronto, ya está todo compuesto, todo hecho, sólo falta entrar, grabar, hacer cosas rápidas de diseño y lo que requiere un disco.
Lo que me pasa es que yo ya comparto los dos lugares. A mí me costó en todos estos años entender la evolución musical que yo había tenido, cómo podía hacer algo que pudiera transmitir para la gente de Argentina, que es mi país, con influencias de otros países. Me rompí la cabeza con eso. Necesité muchos años para madurar eso. Y ahora lo sentí como que listo, está ahí en el aire. Esto es lo que pasa ahora. Son cosas que te planteas por qué no lo hiciste antes, hay un momento justo para cada cosa y es éste.
La banda ya es diferente, no es como una banda tradicional donde marcás “cuatro” y todos tocan, si no que hay mucho trabajo previo y mucho trabajo de secuencias. Algunos temas pueden parecer un cuelgue, medio experimental, pero está todo calculado, todo medido, hasta las partes donde improvisamos. Lleva mucho trabajo, mucho trabajo al cual yo no estaba acostumbrada; este show llevó un trabajo que vos no te podés imaginar. Pero sí, es un proceso totalmente diferente al que había hecho en los discos anteriores.
No, la vida, nada más que eso. No es una cosa chiquita vivir muchos años en otro país. Yo no me siento lejos, siempre me sentí cerca, además tengo una estructura de pensamiento, de cómo me criaron, que me siento bien en cualquier parte, te da la facilidad de vivir en otros lugares. Pero a la vez eso te va dando otra experiencia, otra manera de ver la vida, ni mejor ni peor, si no desde otro punto, tomás otras referencias, aprendés otras cosas. Para mí no hay vuelta atrás, me encanta. No te puedo explicar lo que fue mi cabeza el día que volví, es más estoy todavía como en una nube, y esas cosas me encantan, me gusta porque me inspiran mucho.
Todo el tiempo que requiera el disco, estoy pensando en actuar en proyectos de cine que tengo. Y después la vida, que se yo, yo planeo: me quedo ocho meses, me quedo un año y te quedás toda la vida. Yo a Los Ángeles me fui por dos meses y me quedé siete años.
Si bien todavía falta un tiempo para que el disco esté en las calles, la noticia es que Érica García regreso a los escenarios de nuestro país, después de muchos años en Los Ángeles. Y el regreso es prometedor, no sólo por su misma ausencia de siete años, sino porque el proyecto musicalmente hablando es más que interesante, donde puede verse una nueva faceta de esta artista, sin dejar de lado la anterior.