domingo, 25 de julio de 2010

"Malcolm McLaren: las 2 caras de una misma moneda", por Mischa Canibal.

-Malcolm McLaren, de nombre propio Malcom Robert Andrew Edwards nació en Londres el 22 de Enero de 1946. Es un empresario inglés, músico y publicitario mayormente conocido por ser el “manager” de la conocida banda de punk-rock los Sex Pistols.
McLaren, hijo de Pete McLaren y Emmy Isaacs, fue concebido en los suburbios del Londres de la posguerra nueve meses y de dos semanas después de que finalizase la 2nda Guerra Mundial. Su padre les abandonó cuando tenía dos años, así que fue criado por su abuela -Rose Corre Isaacs- en Stoke Newington (Londres). Se trataba de una mujer carismática, bastante rica, descendiente de judíos portugueses que anteriormente habían sido distribuidores de diamantes. Cuando Malcolm tenía seis años su madre se casó con Martin Levi, un hombre que trabajaba en el comercio textil en el este de Londres. Desafortunadamente, Malcolm y su padrastro nunca consiguieron llevarse bien, y para el momento en el cual Malcolm era adolescente no pudo esperar más para irse del hogar. Después de una serie de trabajos (incluyendo uno como catador del vino), ya en los año 60 comenzó sus estudio en varias universidades de arte. No fue hasta 1971, y tras haber sido expulsado de algunas escuelas, que comenzó a diseñar ropa, un talento que más tarde utilizaría al abrir su primer “boutique”.

Durante sus estudios artísticos fue influenciado por el movimiento de vanguardia llamado La Internacional de Situacionista, la cual promovió acciones “absurdas” y provocativas como manera de promover el cambio social, y en 1968 McLaren intentó sin éxito viajar a París para participar en las manifestaciones estudiantiles de allí. El levantamiento ocurrido en París y el resto de Francia durante el mayo de 1968 tuvo un fuerte impacto en la juventud de todo el mundo: en parte porque fue la primera insurrección urbana televisada, en parte porque marcó a toda una generación clamando por sus derechos políticos. Los signos más identificables del Mayo Francés fueron los afiches y graffitis. Los slogans pintados e impresos por doquier fueron el medio para propagar la revuelta. Frases como "Pide lo imposible o "La imaginación al poder" hicieron que la esencia de complejas ideas, de repente sean entendibles fácilmente por cualquier persona.
En Inglaterra fue miembro del conflictivo, anti-autoritorio y nihilista colectivo King Mob, el cual estaba relacionado con los Situacionistas franceses. O por lo menos eso me parecía hasta encontrar el artículo "El Sabotaje a la cultura seria" de Servando Rocha en la imprescindible revista La Felguera, donde el autor cuenta como la elitista Internacional Situacionista nunca terminó de aceptar a los King Mob (su versión inglesa) por parecerles una adaptación demasiado libre de sus ideas. En la fundación de King Mob se encuentra uno de los tantos expulsados del grupo de los Situacionistas... Christopher Gray. A la vez que McLaren distribuyó en Inglaterra ejemplares del liblo "La sociedad del espectáculo" del lider situacionista francés Guy Debord; su amigo Jaime Reid (cofundador de la revista anaquista "Suburban Press" y del cual el blog Katarsis ha hecho un excelente artículo) editó el libro de Gray titulado "Leaving the 20th Century".


No es casualidad que Reid fuese el diseñador de estética sucia que materializase toda la parafernalia alrededor del grupo The Sex Pistols. Como bien dice Greil Marcus (autor del archiconocido libro "Rastros de carmín, Una historia secreta del siglo XX", y editor de la revista musical Rolling Stones) para Malcolm McLaren y Jamie Reid (cabezas pensantes detrás del proyecto Sex Pistols) que tenían un pasado situacionista... estaba claro que la arquitectura podía ser tan represiva como la ley. En una entrevista para la revista La Felguera #11 opina que para estos (McLaren y Reid) la música que la gente escuchaba diariamente tiene mucho más efecto en nuestra manera de pensar, que lo que aprendemos en la escuela. Por lo tanto, ellos veían sus discos como una perturbación de puro carácter situacionista.
Como hemos podido observar, McLaren adoptó estas mismas ideas derivadas del Situacionismo para la promoción de varios bandas musicales “pop” y “rock” con las que estaba relacionado. La crítica más común ha estas tácticas de promoción, como lo hacen Dave y Stuart Wise en su panfleto “The End of Music” (Glasgow, 1978) es que McLaren con la supuesta intención de revolucionar el espectáculo musical lo único que consigue es renovarlo. El “punk” es admitir que la música no tiene nada nuevo que decir, pero que todavía se puede hacer dinero con ella a pesar de no tener talento artístico. Es la clara evidencia de cómo hasta las prácticas de anti-arte pueden ser llevadas a ser consumidas por "la masa", claro es, tras un largo tiempo de espera y disección metodológica solamente pósibles de realizar por aquellas personas que sin escrúpulos son capaces de devolver esos postulados a una mayor audiencia mediante el ingreso de este movimiento en la maquinaria capitalista... Ya que al fin, y al cabo, el capitalismo es el modelo económico y social en el que vivimos. No es un modelo estático (como podemos ver en el desarrollo capitalista del siglo 21 en China), ni un infierno en la tierra... A pesar de ello, tengo que resaltar con la perspectiva que ofrecen esto 30 años trancurridos tras la edición de este brillante panfleto, que por lo menos el punk (y no precisamente el capital) nos ha enseñado a derribar las barreras entre creador y consumidor gracias a la filosofía "háztelo tu mismo/a" ("do it yourself" en anglosajón). Y eso, hoy día, en un mundo rodeado de nuevas tecnologías y redes inalámbricas de comunicación es más evidente que nunca (como ejemplo tenemos el portal de música Myspace.com).

A pesar de esto, y aunque pueda parecer contradictorio, es necesario recordar las opiniones de Stewart Home en su libro "El asalto a la cultura" que nos recuerdan que la juventud "underground" desde los 70 (y hasta hoy día) ya hemos nacido y crecido dentro de una cultura juvenil (y postjuvenil) ya institucionalizada. La radicalidad y frescura de las propuestas de los años 60 quizás se deben a la apertura de nuevas vías creativas adoptadas por la euforia del final de la Segunda Guerra Mundial... y quizás, esto es una opinión personal, por la intensa cultura europea (centrada en las vanguardias artísticas como el futurismo, dadaísmo...) que existía en este territorio, la cual todavía no había empezado a ser dominada y absorbida por el imperialismo cultural de los EEUU. Home recalca que el movimiento punk, en su mayor parte, se hallaba en una inocente ignorancia respecto a su relación con otras corrientes utópicas, pero a pesar de ello (y como podemos observar en escenas juveniles actuales como el "graffiti", "skateboarding", o "parkour" por dar unos ejemplos) el punk propagó con éxito los puntos básicos de las tradiciónes y corrientes relacionadas con el anti-arte.
En 1971 McLaren y su socia, la diseñadora Vivienne Westwood, abrieron una tienda de ropa llamada “Let it rock” en Kings Road (Londres). La tienda vendía ropa para la gente de la escena juvenil “Teddy Boy”, y también diseñaron ropa para producciones teatrales y cinematográficas. Indiscutiblemente la tienda fue todo un éxito pero McLaren terminó desilusionado con el estilo de la tienda debido a los problemas con los Teddy Boys, quienes eran los clientes principales.
En 1974 McLaren viajó a la ciudad de Nueva York para una feria de boutiques, y allí fue donde vio por primera vez a los New York Dolls. Convenció a la banda de que él podría hacer un mejor trabajo para promocionarles, y de esta manera les confeccionó para sus conciertos unos trajes de cuero rojo -adornados con el símbolo soviético del martillo la hoz- con claras intenciones provocativas. Esta estrategia no fue efectiva, y muy pronto los New York Dolls se disolvieron. Sin embargo, mientras era el “manager“ de estos conoció a la banda The Neon Boys compuesta por Tom Verlaine y Richard Hell (quienes posteriormente formarían el grupo Televisión, pioneros del art-punk).

En mayo de 1975 McLaren volvió a Gran Bretaña después de la desintegración de New York Dolls y se llevo consigo todo lo que había visto y experimentado en la ciudad de Nueva York. Paradójicamente McLaren se había quedado fuertemente impresionado con la ropa rasgada, los collares de perro y las chaquetas de cuero que Richard Hell vestía con disoluta actitud. Según este, McLaren se acercó a ellos con la intención de ser su “manager”, pero no mostraron interés alguno. Fue entonces cuando McLaren decidió a cambiar el rumbo de su “boutique” y dejar de vender ropa para chavales Rockabilly/Teddy Boy, y pasar a ofertar una línea inspirada en el fetichismo diseñada por Westwood, quien usaba la nueva mirada “punky” que McLaren había adquirido en Nueva York. La tienda fue rebautizada como SEX y comenzó a atraer a la la juventud de Londres que se acercaba hasta allí por la naturaleza “cool” y rebelde de este nuevo “boutique”.
Por esta misma época, 1975, McLaren se había convertido en el promotor de la banda The Strand la cual posteriormente se convertiría en los Sex Pistols. Durante este año la banda cambió su dirección y vio la posibilidad de importar a Londres la escena “punk” que había observado en Nueva York. Después de encontrar a un nuevo cantante en Johnny Rotten, tras una audición en su tienda SEX, el grupo pasó a llamarse The Sex Pistols (ya que era uno de los deseos de McLaren que sonaran como “asesinos jóvenes atractivos”). La banda consistía por entonces de Rotten, Steve Jones, Paul Cook y el empleado de SEX, Glen Matlock. La banda tocó en algunos pequeños conciertos hasta eventualmente firmar con el sello discográfico EMi en 1976. Sin embargo después de una aparición escandalosa en el programa televisivo “Today” de Bill Grundy en diciembre de 1976 el grupo se hizo popular en todo el Reino Unido. Los Sex Pistols, que habían sido contratados a última hora para el programa de Grundy, se ganaron con esta apariencia televisiva (y las obscenidades que dijeron) una reputación de personas problemáticas.


En mayo de 1977, tras firmar un contrato con Virgin Records, el grupo publicó la canción "God Save the Queen". Por aquel entonces el Reino Unido seguía siendo respetuoso de la familia real y este lanzamiento musical fue visto como un ataque y ofensa a la Reina. Además McLaren organizó un viaje en barco a través del río Támesis en el cual los Sex Pistos actuarían junto a Las Casas del Parlamento. El evento terminó siendo parado por botes de la policía, y con el mismísimo McLaren arrestado.
Evidentemente este altercado les ofreció mucha más publicidad nacional. La banda lanzó su único álbum “Never Mind the Bollocks” en octubre de 1977 y tocaron su último concierto en Inglaterra antes de embarcar de viaje a norte-america en enero de 1978. Este viaje vio a la banda dividirse después de una serie de discusiones. McLaren fue acusado por los miembros de la banda (principalmente por John Lydon) de no pagarles lo que les debía. No obstante McLaren había planeado la trayectoria entera de los Sex Pistols, tal y como narra en el film “The Great Rock’n’Roll Swindle”. Esta película fue criticada porque se decía que McLaren la había utilizado como “trampolín” para su carrera como músico y productor. Paradojicamente McLaren guardó los derechos de los Sex Pistols hasta que Lydon le llevó a juicio en los años 80. Lydon terminó ganando y en 1987 adquirió control completo sobre los derechos de los Sex Pistols. Por lo tanto, McLaren y Lydon han rechazado hablarse el uno al otro desde que la banda se disolvió, y ya en el año 2000 en la película “The Filth and the Fury” los miembros que sobreviven exponen su versión de los acontecimientos en la película. Después de los Sex Pistols, Mc Laren fue manager de la banda post-punk Adam & The Ants convirtiéndolos en los coloridos Bow Wow Wow… los cuales utilizaban percusiones de tradición africana convirtiéndose de esta manera en los precursores de la llamada “world music”. En su carrera en solitario Mc Larem ha sabido mantenerse innovador y conceptual, presentando en cada nuevo album una idea o novedad musical, de la misma manera que ahora lo hace Madonna.
En 1983 McLaren publicó su disco "Duck Rock", un album que mezclaba influencias de África y Norte-América, incluyendo un primitivo hip-hop. Tal y como narra Grez Wilson en su texto “Never Mind The Bollocks Here’s The Bronx” todo el mundo sabe que Malcolm McLaren fue la cabeza pensante detrás de la explosión del punk-rock y anarquía en Inglaterra surgida tras la presentación de los Sex Pistols. Pero lo que todavía no se menciona es que él fue en última instancia la persona responsable de traer el hip-hop desde las calles del barrio neoyorkino del Bronx y colocarlo en la psique colectiva de la juventud británica (y por lo tanto también en la europea). La puerta de entrada en Europa para uno de los movimientos culturales más influyentes de finales del siglo 20, esto es el hip hop, fue el single titulado “Buffalo Gals” el cual fue presentado en diciembre de 1982 (exactamente seis años después de presentar a los Sex Pistols). Esto sucedió medio año antes de que se estrenase la conocida canción “Rockit” de Herbie Hancock, la cual ganó un Grammy, y donde se podía ver al DJ Grandmixer D.ST arañar sus discos realizando unos efectos sonoros ahora popularmente conocidos como “scratch”.
Sucedió por casualidad, como suele pasar generalmente en las culturas populares, que McLaren se topase con el hip-hop en un viaje a Nueva York. Otra vez más, este buscaba algo que no estuviese sucediendo en Inglaterra… y fue a toparse con las fiestas callejeras. En el Bronx, por entonces un deprimente barrio de la ciudad neoyorkina, se encontró con Afrika Bambatta… el coordinador del colectivo Zulu Nation, responsable del género musical denominado Electro (y su canción “Planet Rock” que incluía muestras sonoras del clásico grupo electrónico alemán Kraftewek). Enormemente influenciado, otra vez más, por lo que había visto en Nuev York el ex-manager de los Sex Pistols grabó su disco “Duck Rock” con el reconocido productor inglés Trevor Horn. La canción “Buggalo Gals”, incluida en este album, tiene una historia fascinante…había sido publicada en 1844 y doscientos años después fue incorporada a la película de Frank Capra titulada “It´s a wonderful life”, aunque la autoría de esta sigue siendo anónima.
Antes que “Buffalo Gals” viese la lúz el público ignoraba casi por completo la existencia del hip-hop, un movimiento que engloba: la música (“rap” y “scratch”), el baile (“breakdance”), y la pintura (“graffiti”). Por supuesto el “rap” se había dado a conocer en 1979 con la canción de influencias “disco” titulada “Rappers Delight” de los The Sugarhill Gang, y en agosto del 82 con el tema épico y callejero del DJ Grandmaster Flash & The Furious Five titulado “The Message”. Pero “Buffalo Gals” -y especialemente su videoclip- mostraron gráficamente a una mayor audiencia las otras disciplinas que antes se mencionaban.
Igual que con el punk, Malcolm McLaren entendió claramente el rol del hip-hop como una fuerza de trasformación social. Estos dos movimientos, aunque parezcan representar las dos caras totalmente opuestas de una misma moneda, han cambiado totalmente la cultura popular post-Segunda Guerra Mundial europea. Por lo tanto, percibir la figura de este “artista” inglés como la de un empresario que se aprovecha de las fuerzas y energías de las inocentes escenas juveniles podría llegar a ser un gran error. Como bien dice en una entrevista reciente que podemos ver en internet, opina influenciado por el pensamiento del Romanticismo, que el/la artista debido a una disfunción emocional siente el impulso a crear… a generar un universo subjetivo para protegerse del mundo en el que le ha tocado vivir.
Hoy día, con todas las mega corporaciones controlando el mundo, el/la artista se siente inseguro/a…ya que estas tienen un montón de dinero, y precisamente eso es lo que le hace falta a el/la artista. Por lo tanto el/la artista se refugia al auspicio de grandes mega-marcas que de esta manera consiguen lo que no tienen, energía creativa e imaginación. Como es, el/la artista no quiere sobrevivir en la periferia toda su vida y por ello tiende a buscar una seguridad vital como todo trabajador(a). Hoy día, si además consiguen un montón de dinero para llevar a cabo sus proyectos sin necesidad de preocupaciones económicas (y además son manejados por las multinacionales las cuales ahora pretenden hacernos creer que son las que general la cultura) mejor, que mejor.
Según Malcolm, ahora es difícil diferenciar las grandes corporaciones de los proyectos artísticos, ya que se encuentran tan mimetizados que toda visión del mundo artístico se ve difuminada bajo un nombre de marca. Por ello, aconseja que el/la artista se convierta en empresario/a, para poder llevar a cabo sus proyectos. Y aunque estos traten de cuestiones tan inmateriales e intelectuales como la transformación de nuestra vida cotidiana, siempre hay una manera de conjugar ambas y hacer que la historia avance un pasito más. Tal y como proclama la revista “Street Wear Today” en una entrevista al japonés Hiroshi Fujiwara (colega de McLaren y capo de la moda juvenil en medio mundo) la manera de hacer del “punk” sigue vigente debido a que nos enseño a crear sin miedo nuevas cosas y caminos diferentes sin importar lo que el resto del mundo opinase. El camino hacia las posibilidades democráticas que abren una creación contemporánea crítica y disidente nunca han sido mejor explicadas que por la universidad de la calle. Y en esta carrera, todos los obstáculos son aventuras que nos ayudan a crear un mejor producto artístico.
El 07 de Abril del 2010, Malcolm McLaren, fallece en Nueva York a los 64 años víctima de un cáncer. "Llevaba enfermo una temporada y aunque había recuperado la salud, su condición empeoró muy deprisa.
P.D.: (Además McLaren en los años 90 a trabajado con Françoise Hardy, y creó el grupo Jungk con tres mujeres asiáticas emulando a las Spice Girls. En el 2003 oyó algo sobre el Bitpop y la Chip music y escribió el artículo “8-Bit Punk” -y pronosticó la cultura del video-juego como la siguiente gran cosa en las escenas juveniles-. Su último trabajo como productor se trata de la película Fast Food Nation, que se presentó en 2006 en el Festival de cine de Cannes).

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